Argenis Tortolero, en 1965, marcó el primer gol vinotinto en un premundial ante Uruguay (Foto Vicente Correale)

El primer gol

Kelvy Pirela

Han pasado casi 40 años del primer gol de la selección de Venezuela en un premundial, pero Argenis Tortolero, su autor, recuerda el hecho como si en su mente guardara una secuencia fotográfica de éste.

"Siempre se dijo que corría más que el balón y eso pasó en ese momento".

Los ojos del ex jugador se abren y cierran como el diafragma de una cámara y parecen decir "click". Hace una pausa en su relato, como quien corre el rollo, y vuelve otra vez a poner el ojo en el lente: "Fue un pase de Antonio Ravelo y dejé en el sitio al defensa Williams Martínez".

Tortolero interrumpe nuevamente su narración. Toma aire, como si viviera el momento y se incorpora, viene la otra imagen: "Giré a la derecha y seguí solo hasta el arco, sin más rival que la red, se la toqué al lado derecho al portero del apellido raro (Mazurkiewicz)".

Venezuela perdía una a cero y jugaba en el Estadio Olímpico de Caracas ante 20 mil personas. Era 30 de mayo de 1965. La vinotinto de mayores disputaba apenas su tercer partido.
"El gol empató el juego y cuando terminó el primer tiempo nos fuimos asombrados a los camerinos".

Fue el primer gol venezolano "a todos los niveles". Con esa diana, quizá sin suponerlo, Tortolero comenzó a escribir la historia del balompié de selecciones.

"El segundo de ellos no fue. El uruguayo pateó de lejos, la pelota dio en el travesaño, picó abajo y salió. El árbitro principal señaló al centro y dijo que era gol. Esa fue una de las primeras injusticias en nuestra contra". Pero Tortolero no estaba dispuesto a que el asunto se quedara así.

"Martínez fue expulsado por una viveza mía. Habíamos aprendido el teatro de los uruguayos y lo puse en práctica cuando el defensa vino a marcarme. Me llegó por detrás, no muy fuerte, pero yo me encargué del resto con mi actuación. El árbrito se lo creyó y le enseñó la roja".

Otra vez se detiene y ríe. "Al final el equipo perdió 3-1, pero me quedó la satisfacción de anotarle un gol a esa generación de jugadores tan importante". Mira a la pared, en la que sobran sus fotos y las de sus hijos. Entonces no es difícil entender como describe cada cuadro.

Los veo en Alemania
"Me he caracterizado por ser un incrédulo. Cuando me retiré no fui más al estadio, no sé, es como estar de vacaciones e ir al trabajo ¿para qué? Por esa misma naturaleza, por la trayectoria del rival, tuvieron que pasar tres días para creerme que Venezuela le ganó 3-0 a Uruguay".

Después de ese resultado Tortolero cambió su manera de pensar. "Ahora todo me parece posible, veo al equipo en Alemania, estoy seguro que lo mejor está por venir".

El ex jugador opina que hay que concentrarse en ganar en casa para lograr el objetivo de estar en un mundial.

Las infaltables
>>"En aquella época nos reuníamos uno o dos días antes del partido. En la actualidad trabajan toda una semana y hasta más".

>>"No teníamos ayuda psicológica. Si en aquella época el rival hubiese dicho que nos iba a llegar 18 veces, con seis opciones de gol, le creíamos. Ahora hay alguien que dice ¿acaso somos mochos? ¡nosotros somos mejores!".

>>La pelota de ahora es distinta, le pegas con fuerza y sale como un cohete, antes no era así y si llovía era peor, el balón pesaba hasta el triple".

>>Jugué como puntero y mi función era la de crear las jugadas, poner los balones; no tenía qué hacer goles. Hoy si el puntero no mete goles lo miran raro".

Tiro al blanco
>>La televisión tiene mucha culpa de que el fútbol nacional no sea seguido como merece. Le dan prioridad a lo extranjero y no valoran lo nuestro. Transmiten los juegos del Madrid en vivo, con bombos y platillos, pero lo de acá, si lo pasan, lo hacen en diferido.

>>La selección de fútbol nos está dando satisfacciones que ni siquiera el beisbol nos da. Hay varios peloteros que destacan pero es un asunto individual, allá triunfan y allá se quedan. Estos muchachos están acá, son Venezuela.

>>Rafael Esquivel, el presidente de la Federación, es uno de los mejores directivos que hemos tenido en la historia, pero es un rolo 'e vivo.

Generación tras generación
Tortolero ha vivido tres procesos en la selección nacional. El que él protagonizó desde el 58 (selección juvenil) hasta 1969; el de su hijo Edson, quien fue capitán del combinado patrio hasta que culminó la era del técnico Pastoriza; y el actual en el que hay otro de la familia, su yerno Juan Arango.

"Me gustó el trabajo de Pastoriza, reunió un talento importante, pero la visión de Richard Páez es superior. Tomó la base de ese trabajo, aplicó lo que él sabe y está logrando los resultados que nunca tuvimos".